Ya casi sin luz y empezando a volver al refugio donde iba a pasar la noche, oí algo, como el choque de unas cuernas. Subí a la cima de nuevo para tener mejor visión, pero seguía sin verlos. Unos minutos de espera hasta que aparecieron por ahí unos machos a día 26 de diciembre aún berreando y chocando cuernas con las últimas luces.
Espero que hayan gustado, un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario